La danza macabra de Stephen King
Lo mío, cuando no el individualismo, son las minorías, las elites. Por lo tanto, ese prejuicio, cada día más arraigado, que siento ante todo lo que me suene a gregario, mayoritario, popular, me había impedido hasta hace poco leer a Stephen King, el autor que acercó a las masas la literatura de miedo. Sin embargo, me toca tan de cerca el tema de su Danza macabra -el horror en la literatura y en el cine, y en menor medida en el cómic, la radio y la televisión- que he sabido superar mi sempiterna monomanía y descubrir una sintonía aún mayor de la que imaginé cuando me decidí a abrir el libro.
King llama "danza macabra" al magnetismo que ejerce sobre nosotros algo que, en principio, debería hacernos sentir mal: la ficción que nos procura miedo. "La danza macabra es un vals con la muerte. Es una verdad de la que no podemos apartar la vista. Al igual que las atracciones de las ferias que imitan una muerte violenta, el relato de horror es una oportunidad de examinar qué es lo que pasa detrás de unas puertas que normalmente mantenemos cerradas" (pág. 556).
Publicado el 4 de febrero de 2014 a las 19:30.